Es sabido que si de conquistar algún cargo político se trata, poco concierne cuáles son los ideales que hay que patrocinar. El caso de Patricia Bullrich, de ninguna manera es una excepción. El 3 de septiembre pasado la titular de la Coalición Cívica Elisa Carrió anunció que “la Piba” iría como primera candidata a diputada nacional por ese partido. Parece que quedaron en el olvido las declaraciones que realizó en el año 2000 esta ex militante de la Juventud Peronista y cuñada de Rodolfo Galimberti, en el programa de Chiche Gelblum, donde acusó a la precursora del ARI de tener “un proyecto de país que se quedó en el tiempo”. Además, se encargó de repetir hasta el cansancio que nunca trabajaría con Lilita.
Amén de esto, es interesante repasar las permanentes idas y venidas de la fundadora de Unión por Todos, fuerza política que, dicho sea de paso, tiene como lema “construir una identidad propia”, algo que ella jamás pudo lograr.
En las elecciones legislativas de 1993, durante el gobierno de Carlos Menem, llegó a la Cámara de Diputados al integrar la lista encabezada por Erman González. Luego abandonó el PJ para acoplarse por un breve lapso con Gustavo Béliz. Finalmente, en 1997 creó Unión por Todos.
En 1998 volvió a acercarse al PJ como funcionaria del Ministerio de Justicia, cargo que dejó con la llegada de Fernando de la Rúa para convertirse en Ministro de Trabajo, al que debió renunciar por su enfrentemiento con líderes sindicales. Luego pasó a ser la titular de la cartera de Seguridad Social, cargo al que también renunció luego de desatar una polémica situación entre los miembros del Gabinete. Sin embargo, el gurú económico Domingo Cavallo -en aquel entonces a cargo del Ministrio de Economía- en reiteradas opotunidades elogió el desempeño de Bullrich, y es importante señalar que dicha simpatía era mutua.
Para no perder el ritmo, en 2003 se alió a López Murphy, presentándose a las elecciones para Jefe de Gobierno porteño.
Con una vida política marcada por las contradicciones ideológicas y por una envidiable destreza para cambiar de casaca en el momento oportuno, Patricia Bullrich merece el premio a mejor actitud camaleónica: astuta y poco confiable.
Las contradicciones de "la piba" en televisón.Por Maricel