Entre los aspirantes a formar parte del entorno de Mauricio Macri, quien no podía faltar era Jorge Sobisch, claro. El gobernador neuquino pretende, como sea, hacerle frente al gobierno de Cristina Fernández. Y no es para menos.
Luego de sus casi 7 millones de pesos invertidos en la campaña presidencial, y de que los resultados de las últimas elecciones lo ubicaran incluso debajo del candidato de Proyecto Sur, Pino Solanas -que realizó modesta campaña-, Sobisch necesita sostener aunque sea virtualmente su imagen política.
El 4 de abril de este año, el máximo representante del Movimiento Popular Neuquino comenzó a ser fuertemente cuestionado por dar la orden de montar un operativo policial con el fin de reprimir a un grupo de docentes que se disponía a realizar un corte de ruta para pedir mejoras salariales. Un día más tarde moría Carlos Fuentealba, un profesor que se encontraba en el lugar, tras recibir un disparo de una granada de gas en la cabeza. Uno de los que intentó distanciarse de su aliado político fue precisamente el líder del Pro, quien señaló que era el gobernador " quien debía dar explicaciones sobre lo sucedido”.
Parece que ambos han decidido hacer borrón y cuenta nueva, para poder trabajar de lleno en lo que les compete a las fuerzas de la oposición: fortalecer el espacio de centroderecha que ocuparán sus legisladores y subsistir en el poder.
por Maricel
Luego de sus casi 7 millones de pesos invertidos en la campaña presidencial, y de que los resultados de las últimas elecciones lo ubicaran incluso debajo del candidato de Proyecto Sur, Pino Solanas -que realizó modesta campaña-, Sobisch necesita sostener aunque sea virtualmente su imagen política.
El 4 de abril de este año, el máximo representante del Movimiento Popular Neuquino comenzó a ser fuertemente cuestionado por dar la orden de montar un operativo policial con el fin de reprimir a un grupo de docentes que se disponía a realizar un corte de ruta para pedir mejoras salariales. Un día más tarde moría Carlos Fuentealba, un profesor que se encontraba en el lugar, tras recibir un disparo de una granada de gas en la cabeza. Uno de los que intentó distanciarse de su aliado político fue precisamente el líder del Pro, quien señaló que era el gobernador " quien debía dar explicaciones sobre lo sucedido”.
Parece que ambos han decidido hacer borrón y cuenta nueva, para poder trabajar de lleno en lo que les compete a las fuerzas de la oposición: fortalecer el espacio de centroderecha que ocuparán sus legisladores y subsistir en el poder.
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