viernes, 26 de octubre de 2007

De la caterva de personajes de poca monta que merodean al poder los de peor calaña son aquellos que atentaron contra la democracia. Personas que no resisten el menor análisis político ni psiquiátrico.
Un claro ejemplo es el ex carapintada Aldo Rico, que en las pascuas de 1987 se levantó contra el gobierno alfonsinista para que se acabaran los juicios contra los militares genocidas. Y ahora es el flamante aliado del kirchnerismo, que declaró la inconstitucionalidad de las leyes del perdón y motorizó los juicios contra los represores.
La carrera política de este ex militar indultado por Carlos Menem tiene más contradicciones como la anterior. En julio de 2000
Telenoche investiga presentó un informe titulado “Esclavas” en el que denunciaba el funcionamiento de un prostíbulo donde se explotaba a menores de edad en San Miguel donde él era intendente. El propietario del local, llamado Imagina, un hombre apellidado Serio se jactaba de ser amigo del “Ñato”, como se conoce coloquialmente a Rico. Ante el revuelo causado por ese episodio el ex carapintada (que se declara católico) dijo a la prensa: “Ahora nos acusan de no hacer de San Miguel un convento. Si el lugar estaba perfectamente habilitado…”
A pesar de haber fundado su propio partido, el
Modin (Movimiento por la dignidad y la independencia), firmó ficha de afiliación con el PJ y fue aliado político de Duhalde, más tarde fue secretario de seguridad de Ruckauf y en 2003 fue el candidato a la gobernación de Buenos Aries de Adolfo Rodríguez Saá.
Ahora, en la vereda de enfrente, engrosa las filas del kirchnerismo apoyando al candidato a diputado Carlos Kunkel.





Aquí Rico cae de trompa luego de ser empujado por Raúl Castels

Por Nahuel

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